viernes, 2 de octubre de 2015

Los poemas ajenos

Sólo en la belleza ajena
hay consuelo, en la música
ajena y en los poemas ajenos.
Sólo en los otros hay salvación,
aunque la soledad sepa como
el opio.
(Fragmento del poema “En la belleza ajena” de Adam Zagajewski)

El poema escrito encierra en su forma (y quizás también en su ejecución) algunos insondables enigmas. Para desentrañar los arcanos que un poema oculta parece un buen plan ir a la fuente. Antonio Trujillo que también es poeta y desde esa humilde condición de oficiante de la palabra va en busca de esclarecer sus inquietudes como lector de poesía.

Regiones verbales
Para tal empresa, y ya con los poemas seleccionados, contactó con los diferentes poetas y fue indagando sobre los pormenores de la escritura de determinado poema. Su travesía le llevó algunos años y el resultado es (de seguro el primer tomo) de un libro titulado Regiones verbales: Los poemas cuentan su vida. (Fondo Editorial Fundarte, 2014). Sobre como surgió la idea el propio Trujillo ha explicado: “Este libro comenzó a escribirse aproximadamente en el año 1998 gracias a la columna Verbo y Gracia del periódico El Universal, llamada ‘Los poemas cuentan su historia’. Y de esta manera es que nace esta idea de ir publicando un testimonio que cuenta la historia del poema”. La publicación recopila los diálogos que sostuvo con poetas como Ángel Eduardo Acevedo, Laura Antillano, Juan Liscano, Ramón Palomares y otros importantes poetas que de alguna manera conforman algo así como un mapa de la poesía actual en el país.
Antonio Trujillo es un conversador por excelencia. Su inclinación por relatar historias, salpimentadas con anécdotas curiosas, datos asombrosos y rocambolescos es proverbial. El libro tiene ese sello indiscutible de la oralidad. Trujillo en las diversas conversaciones con los poetas se convirtió en un oidor atento, su presencia es imperceptible y con exquisita paciencia anota la voz de cada poeta explicando las circunstancias en la cual escribieron el poema seleccionado por el compilador y esto es un valor deslumbrante de este libro. Otro de sus valores es ese acercamiento que el lector, como segundo invitado/oidor, tiene con el poeta; esa aproximación a su intimidad artística y creadora que le permite conocer un poco de esos avatares de la escritura poética. También es necesario acotar que los poetas seleccionados/reunidos explican su proceso creativo con evocadora sencillez.
Antonio Trujillo salió a la búsqueda de esa belleza ajena con la candidez de un explorador, de un caminante tocado por la poesía como quehacer y creación, como turbación y deleite. Un hombre que desde la soledad del poeta y la comunión de la palabra poética sale al encuentro de lo sagrado por aquello escrito por Octavio Paz: “La poesía, ha dicho Rimbaud, quiere cambiar la vida. Intenta embellecerla, como piensan los estetas y los literatos, ni hacerla más justa o buena, como sueñan los moralistas. Mediante la palabra, mediante la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado el mundo…”



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